Fisioterapia en la artrosis según la evidencia

El ejercicio: la base del tratamiento

  • El ejercicio sigue siendo la piedra angular en el manejo fisioterapéutico de la artrosis.
    Fortalece los músculos (en especial el cuádriceps), mejora la movilidad, aumenta la estabilidad y reduce el dolor.
  • Las técnicas manuales (movilizaciones, manipulaciones o masajes) pueden ofrecer alivio pasajero del dolor, pero los estudios muestran que su efecto no se mantiene a largo plazo. Sirven como complemento, no como tratamiento principal.
  • El uso de rodilleras de descarga o cuñas plantares laterales no muestra beneficios significativos en la mayoría de pacientes.
    Aunque en teoría redistribuyen la carga, en la práctica la comodidad y adherencia son bajas, y los resultados clínicos son modestos.
  • Tens y Acupuntura, ambas terapias presentan efectos pequeños y, en muchos casos, comparables al placebo.
    Pueden ofrecer alivio subjetivo, pero no deben considerarse tratamientos esenciales ni reemplazar el ejercicio.
  • Cada paciente responde diferente. Factores como alineación, grado de daño articular, peso corporal y fuerza muscular influyen en los resultados.
    Sin embargo, los estudios aún no identifican subgrupos específicos que se beneficien claramente de terapias distintas al ejercicio.